Sebastián Báez disfruta Indian Wells. ¿Qué mejor que la satisfacción de un lugar grato, para cambiar de superficie después de ganar dos torneos sobre polvo de ladrillo? El chico de San Martín se siente a gusto en el desierto californiano, ya desde antes del debut de este sábado en el primer Masters 1000 de la temporada. Sol, ambiente seco, un complejo bien presentado y mucho público, más una bolsa de premios fastuosa (12.418.990 dólares en total), hacen al californiano “el quinto certamen de Grand Slam”.

Todo estaba dado para que el argentino se estrenara con una victoria en el campeonato de este año, porque además Fabio Fognini, un talentoso algo irascible de 36 años, ya no es un adversario de la estatura tenística de Báez. Consistente más allá de algún quiebre de servicio en contra, Sebastián lo dejó en claro en el resultado: ganó por 7-5 y 6-3 en la segunda rueda (estuvo libre en la primera). Sin mayores lujos, sin mayores zozobras.

Para el diestro bonaerense se trató del 10 triunfo seguido en el ATP Tour. Viene de conquistar el Río Open (categoría 500) y el Chile Open (250), y por eso está en el mejor puesto de su carrera en el ranking mundial: el 19º. Claro que esto es una competencia de las grandes, y por eso ya en la tercera etapa se avecina un jugador que está mejor ubicado en el escalafón: Taylor Fritz, el 12º.

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